domingo, 16 de diciembre de 2012

Farolas

Una de las cosas que peor llevo del mundo es el desprecio de las farolas. Sí, me explico, sales a la calle a comerte el mundo un lunes por la mañana, vas andando tan feliz y de repente, estás en el momento perfecto en el sitio perfecto y la farola que tienes justo encima de la cabeza se apaga.
¿Demasiadas ojeras?
¿Tan mal me he vestido?
¿Se notará que no me he peinado?
Y poco a poco no nos damos cuenta de que las casualidades nos consumen.
(O eso o es que le caigo/caes/caemos fatal a los duendecillos que todo el mundo sabemos que viven dentro de las farolas y las máquinas expendedoras).

domingo, 14 de octubre de 2012

Tostadas.

Quería que toda la ciudad oliera a tostadas recién hechas por la mañana y de madrugada incendió la fábrica de Pan Bimbo.




sábado, 5 de mayo de 2012

Pelos


9 y media de la mañana y ya está la primera clienta (que llevará desde y cuarto) en la verja esperando, le dan al botón y empieza a subir, a no ser que no suba, que tienen que darle al botón también, pero al de llamada para que venga mi padre o mi tío a abrirla a mano. La peluquería empieza a despertar, primero la radio, después el lavacabezas, y un ratito después los secadores. Siempre mandan a poner el café a la menos veterana, así que imaginaos las veces que no han encendido el fogón, o que lo han puesto sin agua, o incluso sin café. A las 11 se toma el café, y la de la tienda de al lado (da igual la madre que la hija) pasa a por él casi antes de que le hagan la famosa “llamada perdida del café”, como si lo hubiera olido desde su chiringuito plagado de flores. Hasta aquí todo normal, o casi. Lo bueno empieza cuando es el cumpleaños de alguien, que te cantan todas a la vez, cuando un tío viene a robar, y roba, y sacan la bulldog que tienen dentro encerrado, cuando ves a una corriendo de un lado al otro (¡concierto, concierto, que no llego al concierto!), cuando vienen los trinietos de una y todas las clientas se levantan a verlos, que tienen que estar los pobres curados de espanto, porque ver venir hacia ti mujeres con capa y papel aluminio en la cabeza no tiene que ser muy tranquilizador, o cuando a la otra le da un ataque de calor que por quitarse, se quita hasta el pelo, para sorpresa de los de alrededor. Y allí entre tintes, peinados, permanentes, pelo cortado, maquillaje y pelo arrancado (de éste no hay que olvidarse, que es el más doloroso) he crecido yo, que como todo el mundo dice: ¡Así has salido!

lunes, 9 de abril de 2012

¿Te has dado cuenta?


Esta tarde te ibas a encontrar al amor de tu vida.
Sí, os he visto, yo estaba en la puerta del supermercado, y tú en la cola, pagando, él estaba en la misma acera que el súper, al final de la calle, os ibais a chocar. Ibas a salir corriendo (como siempre) y te ibas a tropezar con él, lo más gracioso son los huevos que llevabas en la bolsa, que se iban a caer todos al suelo, pero bueno, no creo que te hubiera importado, era lo de menos. La cajera estaba pasando los tomates, los zumos, la lechuga, el se iba acercando, los huevos, el chocolate, la carne y cuando iba a pasar el queso, aprovechando que no había nadie más en la fila, ¿Sabes qué has hecho? ¡Te has ido a por unos macarrones de sobre! ¡Jajaja! ¡Eres una pringada! Lo admito, me he reído desde la puerta ¡qué mala suerte! Aunque en realidad también me ha dado pena, me he perdido un tropiezo con huevos de por medio, vamos, de los mejores. Al final has salido unos segundos tarde del súper, ahora vas andando detrás de él, pero eso sólo lo sé yo (he de decirte que era guapete). Por unos segundillos, qué pena, ¿eh? Aunque la verdad, no me das ninguna pena, tienes 20 años, ¿Te has dado cuenta?.

jueves, 8 de marzo de 2012

La trato como quiero


Empieza a darse la base del maquillaje, me mira con preocupación y en un momento dado me dice:
  • Y ahora, ¿Hasta dónde me maquillo?
  • Pues hasta el mismo sitio que se lavan la cara los calvos, mamá.
Su cabeza afeitada la delata, mi madre está enferma de cáncer, pero a mí nadie me había dicho que esto iba a hacer que le aumentara la ironía y la sátira hasta la saciedad, animándose a ella misma y al resto de la familia cuando la realidad debería ser lo contrario:
  • Mira, todo son ventajas: calor en la cabeza, no tengo, si me peleo con alguien, no me pueden tirar de los pelos, ducharme me cuesta la mitad y, si hago algo mal, le echo la culpa a la quimio y ya está, que para algo me la ponen.
La fuerza se va acabando pero el ánimo aumenta exponencialmente, ¡ya sólo nos queda una quimio!
  • ¿Sabes qué es lo mejor de las últimas quimios?
  • No mamá, ¿Qué es?
  • ¡Que ya no se te cae el pelo! ¡Porque no tienes!
  • ¡Mira que eres bruta!
  • Es mi enfermedad y la trato como quiero, que mira como me está tratando ella a mí.

    (Aclaración para quien la entienda: esto lo escribí antes del martes)

     

miércoles, 15 de febrero de 2012

De qué estás hecho?

Una vez leí una frase que decía: “Estamos hechos del mismo material que los sueños”, frase que a parte de ser una mentira muy gorda, es una cursilada de las grandes, en mi opinión, estamos hechos de putadas, putadas que convertimos en vida.
Está la compañera de piso que roza el surrealismo, las asignaturas con materia que tiene un nombre impronunciable, una carrera que, es más difícil cuadrar el calendario de prácticas que prácticamente sacársela, una familia que decir que sobrepasa la locura es poco y por si acaso no estudias otros idiomas, también hay compañeros de clase que hablan el suyo propio.
Además, por si fuera poco en esta ciudad el clima no da tregua, el sol se puso en diciembre y no volverá hasta marzo, como pronto, y ha dejado a su paso caídas, gente calada hasta los huesos y mocos varios.
La casera loca, la vecina adivina, un colchón que bien podría ser utilizado como tortura en la edad media, una vergüenza ajena elevada al millón, la gente cotilla, los jueves esos que volver a la universidad el viernes no da miedo, da pavor, los que me ganan al Scrabble, un pijama rasgado, un pintauñas petrificado y como broche y colofón de oro, una hermana que le gusta Juán Magán.

A pesar de todo, sin esto la vida sería un aburrimiento.

Y tú, de qué putadas estás hecho?

jueves, 19 de enero de 2012

Luz

Imagina un interruptor, en una habitación oscura, sin ventanas, sin una pizca de luz, está conectado a una lámpara muy luminosa en el centro de la habitación. Click, encendido. Click, apagado. Pero bueno, detengámonos a mirar la habitación con la luz encendida, que la bombilla es de bajo consumo. Vamos a esperar un minuto, que les cuesta encenderse un poco más, progresivamente, se va iluminando todo.  Las paredes tienen un color bonito, y en el suelo, hay un puzzle deshecho, que sus piezas, guiadas por la luz, se van moviendo organizadamente hasta formar el puzzle completo, del que sale una palabra. Justo después, se escucha un latido normal de un corazón, y una voz en off, a su vez, pronuncia la palabra que había aparecido en el puzzle, el corazón se acelera notablemente, y un olor dulce inunda la estancia. Se difunde lentamente, es un viento rosa, una esencia con destellos brillantes, que llega hasta el rincón del otro lado de la habitación, donde duerme una gata, que se empieza a mover cuando el olor penetra en su pequeño cuerpo, y se va estirando hasta despertarse del todo, sale de su capazo, y a cada paso que da, un manto de hierba fresca cubre el suelo por debajo de ella, en unos minutos el suelo está cubierto de hierba. La gata, guiada por su instinto, llega a un extremo de la habitación y empieza a escarbar, hasta dar con una llave dorada, que saca de la tierra y lava en una fuente de agua cristalina, cuando la seca, de repente, aparece una puerta, en la que encaja la llave, la gata abre, y sale al exterior.

Todo muy bonito, eh? Pero lo difícil de todo esto es encontrar el interruptor con la luz apagada si no sabes dónde está (si no, se lo preguntáis a Puchi).

jueves, 12 de enero de 2012

Suicidio programado

Calle desierta, un policía joven, semáforo en rojo, ella esperando a cruzar, ni un coche en la calle, ni sonidos que delaten la aproximación de vehículos:

- Señorita, puede usted pasar aunque esté el semáforo rojo, no viene ningún vehículo.
- Gracias, pero programé mi suicidio para mañana, y me gusta que las cosas me salgan bien, y cuando yo quiero. Imagínate que viene ahora un coche...

Semáforo verde, y se marchó dejando al pobre policía con cara de alucinado mientras sus risas entre dientes salían de una manera incontenible.

miércoles, 11 de enero de 2012