jueves, 8 de marzo de 2012

La trato como quiero


Empieza a darse la base del maquillaje, me mira con preocupación y en un momento dado me dice:
  • Y ahora, ¿Hasta dónde me maquillo?
  • Pues hasta el mismo sitio que se lavan la cara los calvos, mamá.
Su cabeza afeitada la delata, mi madre está enferma de cáncer, pero a mí nadie me había dicho que esto iba a hacer que le aumentara la ironía y la sátira hasta la saciedad, animándose a ella misma y al resto de la familia cuando la realidad debería ser lo contrario:
  • Mira, todo son ventajas: calor en la cabeza, no tengo, si me peleo con alguien, no me pueden tirar de los pelos, ducharme me cuesta la mitad y, si hago algo mal, le echo la culpa a la quimio y ya está, que para algo me la ponen.
La fuerza se va acabando pero el ánimo aumenta exponencialmente, ¡ya sólo nos queda una quimio!
  • ¿Sabes qué es lo mejor de las últimas quimios?
  • No mamá, ¿Qué es?
  • ¡Que ya no se te cae el pelo! ¡Porque no tienes!
  • ¡Mira que eres bruta!
  • Es mi enfermedad y la trato como quiero, que mira como me está tratando ella a mí.

    (Aclaración para quien la entienda: esto lo escribí antes del martes)