Calle desierta, un policía joven, semáforo en rojo, ella esperando a cruzar, ni un coche en la calle, ni sonidos que delaten la aproximación de vehículos:
- Señorita, puede usted pasar aunque esté el semáforo rojo, no viene ningún vehículo.
- Gracias, pero programé mi suicidio para mañana, y me gusta que las cosas me salgan bien, y cuando yo quiero. Imagínate que viene ahora un coche...
Semáforo verde, y se marchó dejando al pobre policía con cara de alucinado mientras sus risas entre dientes salían de una manera incontenible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario